En World of Us nos encantan los juegos, pero nuestro trabajo no sería nada si no fuera por las artes. Pero, ¿cuándo es demasiado pronto para introducir este mundo de color, música y artesanía a tus hijos?
Mientras la tecnología que nos rodea sigue creciendo y abriendo nuevas soluciones creativas, a veces perdemos de vista las oportunidades creativas tan accesibles -y lúdicas- de las que pueden beneficiarse los niños fuera de Internet. Ya sea a través de la música, la pintura, el teatro, la danza o la narración de cuentos, pueden moldear su crecimiento cognitivo, emocional y social de formas amplias e inesperadas. De hecho, incorporar las artes a la vida temprana de un niño no sólo es beneficioso, sino esencial para su desarrollo general.
Cuando las mentes jóvenes no pueden explorar sus curiosidades, no pueden desarrollar todo su potencial. Cuando se anima a los niños a expresarse de forma creativa, no sólo se divierten, sino que refuerzan sus capacidades cognitivas. En cuanto a los aspectos más científicos del desarrollo infantil, es importante saber que actividades creativas como dibujar, cantar o actuar estimulan ambos hemisferios del cerebro, de modo que la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la toma de decisiones pueden cobrar vida.
A través de la expresión creativa abierta, los niños aprenden a pensar con originalidad. Un niño pequeño que pinta no puede recrear a la perfección lo que ve a su alrededor cada día. En lugar de ello, interpreta lo que ve y conoce con su propia lente, a menudo audaz, de colores, formas y patrones. Al explorar esto desde una edad temprana, pueden desarrollar una mayor capacidad de conciencia y comprender mejor cómo interactúan las cosas a su alrededor.
A menudo, los niños carecen del vocabulario necesario para articular sus sentimientos, pero a través de la pintura, la música o la narración pueden expresar emociones como la alegría, el miedo, la frustración o el entusiasmo. Con una salida para comunicar estos sentimientos, pueden liberar sentimientos reprimidos y los adultos pueden mirar dentro para entender mejor cómo los pequeños pueden estar sintiendo. Más allá de la pintura y el dibujo como expresión, las artes también ofrecen una lección de resiliencia. Aprender un instrumento o dominar un difícil paso de ballet requiere paciencia y concentración. Con esta paciencia en mente, las mentes jóvenes también aprenderán que cometer errores forma parte del proceso de aprender algo nuevo. Este tipo de habilidades se trasladarán a la edad adulta en forma de inteligencia emocional, una habilidad que todos los tutores esperan para sus hijos.
Aunque muchos ven las artes como un lujo, es más exacto decir que son una necesidad. Esto no debería asustarle, de hecho, debería inspirarle a jugar y probar cosas nuevas. A través de las actividades creativas, los niños no sólo exploran sus propias capacidades, sino que también desarrollan habilidades esenciales para la vida como la comunicación, la empatía y la resiliencia. En una sociedad que a menudo prioriza los logros académicos y las habilidades tecnológicas, debemos asegurarnos de que las artes sigan siendo una parte central de la educación infantil, ofreciendo a los niños un espacio para imaginar, crear y crecer de maneras que les beneficiarán a lo largo de sus vidas.
Así pues, ¿hay un momento mejor que el presente para introducir las artes en la vida de sus hijos? La verdad es que no. Empiece hoy mismo con lo que le gusta y conoce, y no tenga miedo de aprender y explorar juntos otras vías creativas a lo largo del camino. Al fin y al cabo, los padres somos niños grandes.