La fascinación por las localidades eróticas

Alguna vez has jugado a un juego que supuestamente representa tu cultura o tu hogar y has pensado: "espera, no es nada de eso". Pues no eres el único. De hecho, lleva ocurriendo cientos de años y sigue siendo muy frecuente en los videojuegos.

Piensa en personajes como Nathan Drake de la serie Uncharted o Lara Croft de Tomb Raider; protagonistas que viajan por todo el mundo, conocen a gente de territorios no occidentales y utilizan estos momentos como telón de fondo de sus grandes aventuras. Pero, ¿fue realmente así su vida? ¿Un bullicioso bazar lleno de peligros o un exuberante paraíso lleno de vegetación exótica? Una remota posibilidad sí, pero una mucho mayor es que no.

¿Qué es el orientalismo?

En su forma más simple, el orientalismo es la fantasía que la cultura hegemónica occidental proyecta sobre territorios que no son los suyos. Edward Said acuñó la idea en 1978, pero utilizó el arte y la literatura occidentales para exponer el fenómeno. Hoy en día, todavía puede verse en nuestros medios de comunicación, sobre todo en la representación de territorios asiáticos y de Oriente Próximo.

Hoy en día, los videojuegos siguen cayendo en el mismo patrón, retratando estos lugares como tierras místicas, peligrosas o exóticas. Esto no sólo refuerza la "otredad" de estas culturas, sino que no las representa con autenticidad.

¿Cómo afecta a los juegos?

La verdad es que, por desgracia, es demasiado común encontrar orientalismo en el mundo de los juegos en línea. Títulos como Assassin's Creed, Far Cry y Call of Duty presentan a menudo lugares de Oriente Próximo y Asia desgarrados por la guerra, caóticos y llenos de villanos y sociedades corruptas. Como estos rasgos negativos ocupan un lugar central, la normalidad o cualquier sentido de comunidad o estabilidad se olvidan de estas representaciones.

Los mundos de estos juegos suelen destacar una arquitectura en ruinas, bulliciosos mercadillos con comerciantes agresivos y una omnipresente sensación de desorden, todo ello visto a través de la lente de un protagonista occidental. A menudo se utilizan como meros terrenos de juego exóticos para la aventura, sin representar la complejidad y riqueza de sus homólogos en la vida real.

Otro ejemplo paradigmático en los videojuegos es la serie Uncharted , que a menudo utiliza lugares no occidentales como escenarios hermosos pero peligrosos. Los habitantes de estas regiones suelen ser obstáculos o guías para el protagonista, y rara vez se les da profundidad o agencia. Esto no sólo tergiversa las culturas reales, sino que refuerza estereotipos nocivos sobre estos lugares como primitivos o eternamente convulsos.

¿Cómo combatirlo y solucionarlo?

Una de las formas más eficaces de combatir el orientalismo en los juegos es el codesarrollo y el diseño participativo con grupos marginados. Puede sonar bastante obvio, pero todavía no se aplica con suficiente frecuencia. Los estudios de videojuegos deben implicar a desarrolladores, escritores y artistas de las culturas que representan para garantizar la autenticidad y los matices. La representación auténtica significa ir más allá de la mera exactitud visual; requiere una comprensión de los contextos culturales, históricos y sociales.

Otro enfoque consiste en crear más oportunidades para que los desarrolladores de países no occidentales cuenten sus propias historias. Juegos independientes como Raji: An Ancient Epic y Never Alone muestran cómo los juegos pueden presentar relatos culturalmente ricos desde la perspectiva de quienes los viven. Apoyar a estos desarrolladores y garantizarles el acceso a recursos y plataformas es esencial para que la industria evolucione hacia una forma de narración más inclusiva y respetuosa.

En WoU, hemos aprendido de esta cultura de juegos indie, y no cambiaremos las narrativas de quienes las han vivido. The World of Us se ha creado para reflejar la honesta realidad del mundo que nos rodea, para que los niños puedan aprender y jugar juntos en las culturas de muchos de forma segura.